- Nombre y url
- Clasificación (animación / simulación)
- Disciplina
- Núcleo conceptual abordado
- Requisitos de sistema
- Posibles actividades para realizar con el mismo
Simuladores y enseñanza de las ciencias
martes, 25 de noviembre de 2014
Actividad colaborativa
Luego de explorar los recursos propuestos en el mural o investigar sobre nuevos recursos en la web, seleccionar uno y subirlo al Glosario colaborativo que se encuentra en el aula virtual, indicando:
sábado, 27 de septiembre de 2014
Actividad integradora
El trabajo consistirá en el desarrollo de una propuesta de intervención pedagógica que incluya el uso de un simulador.
La producción realizada deberá incluir:
- Una fundamentación teórica, con una extensión mínima de 600 palabras y máxima de 1200 palabras, que dé cuenta de la relevancia de incluir este tipo de recursos en las clases de ciencia.
- Un esquema de la propuesta pedagógica, indicando: contexto de aplicación (año, escuela, materia, edad promedio de los estudiantes), contenidos conceptuales que se abordarán, objetivos generales de la propuesta posibles dificultades que podrían presentarse (tanto desde el punto de vista disciplinar como técnico) y alternativas para su superación criterios de evaluación de los aprendizajes
- Una guía de actividades que permita el trabajo con el simulador, contemplando una etapa inicial o de exploración del recurso, una segunda etapa de construcción de conocimientos disciplinares y una etapa final para la aplicación de lo aprendido en nuevas situaciones problemáticas.
Para resolver la actividad, pueden integrar grupos, de no más de tres miembros, o bien trabajar en forma individual.
En el caso de elegir trabajar grupalmente, los acuerdos y avances en la actividad se realizarán en el Foro Propuestas pedagógicas con simuladores.
La actividad final también deberá subirse al espacio para subir actividad.
Acerca de las animaciones
Las animaciones son softwares que permiten el
desarrollo de sistemas representacionales dinámicos no interactivos de
diferentes fenómenos. Explican Pontes et al. (2003) que las animaciones o
modelizaciones animadas consisten en la simulación cualitativa de un proceso (físico, químico,
biológico, tecnológico, ...), sin incluir parámetros cuantitativos que puedan
ser introducidos o modificados por el usuario. El objetivo de este
tipo de recurso consiste en mostrar, desde un punto de vista gráfico o visual, la
evolución de un sistema - como puede ser el crecimiento de una célula,
el movimiento de los planetas, los cambios atómico-moleculares de una reacción
química o el funcionamiento de una aplicación tecnológica-.
Actualmente existen amplias posibilidades de
descargar este tipo de aplicaciones al propio equipo, para poder visualizarlas
posteriormente sin estar conectado a la web, pudiéndoselas insertar en
presentaciones con diapositivas o en aplicaciones de hipermedia como Prezi, Power Point o Linoit.
Referencias bibliográficas
Pontes,
A. et al. (2003). El uso del ordenador como instrumento para enseñar a manejar
sistemas de adquisición de datos experimentales. XI Congreso Universitario
sobre Innovación Educativa en las Enseñanzas Técnicas. Vilanova i la
Geltrú: Universidad Politécnica de Cataluña.
Acerca de los simuladores
Los simuladores se pueden definir como un conjunto
de ecuaciones matemáticas que modelan en forma ideal situaciones del mundo real.
La computadora a través de simulaciones elabora representaciones de conceptos y
fenómenos que se sustenta sobre algún modelo que ha sido validado por la
comunidad científica.
Estos recursos están conformados
por diversos elementos, tales como: vídeos, animaciones, gráficos interactivos,
audio, narraciones, etc. (Casanovas, 2005). Giordan y de Vecchi (1998), afirman que
las simulaciones permiten apoyar la construcción del tejido conceptual que el
estudiante está conformando.
Por su parte, Lion (2006) explica
que los este tipo de software permite la construcción de modelos en los cuales
se representan objetos, atributos de los objetos y relaciones entre predicados
científicos”. Para esta autora, las posibilidades que ofrecen estos recursos de
modificar parámetros, posiciones relativas y procesos, posibilitan " que los estudiantes ensayen, prueben y se arriesguen a
equivocarse. Ayudan a representar eventos del mundo real lo más cercanos
posibles a como aparecen en la realidad”.
En esta misma línea, Gras Martí et al. (2009)
sostienen que "En general, todas las simulaciones presentan alguna
posibilidad de modificar los parámetros de la simulación con el fin de observar
y analizar las consecuencias que tienen estos cambios sobre el proceso en
estudio."
En este sentido resulta interesante recuperar
la oportunidad pedagógica que representa para el estudiante poder visualizar e
identificar claramente cuáles son las variables dependientes e independientes
en un determinada práctica y analizar cómo se interrelacionan y qué ocurre
cuando se modifica una o varias de las mismas. Por ejemplo, para estudiar el
movimiento de un cuerpo sobre un plano inclinado, se puede partir reiterar una
misma experiencia con rozamiento o sin rozamiento, modificando la masa del
cuerpo, variando el ángulo del plano, etc. Los resultados “más limpios” que los
de una práctica de laboratorio real permiten acceder mejor a la explicación de
los fenómenos estudiados.
Asimismo, el grado de interactividad que
caracteriza en menor o mayor grado a estos recursos permite a los estudiantes
formular hipótesis iniciales, explorar e identificar la influencia de
determinada variable sobre un fenómeno
en particular, contrastar resultados, elaborar conclusiones y explicar
lo ocurrido utilizando un marco teórico dado.
Sierra (2003) afirma que “el uso de
simulaciones multimedia, acompañadas de un programa guía de actividades
adecuado, favorece que la información no se presente a los alumnos de manera
expositiva, sino en un entorno abierto de aprendizaje en el que se promueva que
sean ellos mismos quienes construyan su propio conocimiento, mediante la
indagación, la resolución de problemas, los razonamientos hipotético-deductivo
e inductivo y el trabajo cooperativo entre compañeros.”
Es entonces la intencionalidad pedagógica la
que debe definirse al momento de elegir entre incluir en nuestras clases una
animación, un laboratorio real asistido por computadora o una simulación. Cada
recurso debe seleccionarse considerando el contexto particular en que va a
utilizarse y la intencionalidad educativa explicita a la que intenta darse
respuesta. Las tecnologías por sí mismas no aseguran avanzar en el desarrollo de nuevas
habilidades cognitivas.
Referencias bibliográficas
Casanovas, I. (2005). La
didáctica en el diseño de simuladores digitales para la formación universitaria
en la toma de decisiones. (Tesis de Maestría). UTN: Bs. As.
Cataldi, Z. et al. (2011). Clasificación de
laboratorios virtuales de química y propuesta de evaluación heurística. In XIII
Workshop de Investigadores en Ciencias de la Computación.Giordan, A. y De Vecchi, G. (1998). Los
orígenes del saber. Sevilla: Diada Editores.
Gras-Marti, A.et al. (2009).
Experiencias de enseñanza de la química con el apoyo de las TIC. Educación
química, 322.
Lion, C. (2006) Imaginar
con tecnología. Editorial Stella. La
Crujía Eds.
Sierra, J. (2003. Estudio de la
influencia de un entorno de simulación por ordenadores en el aprendizaje por
investigación de la física en Bachillerato (Tesis doctoral). Granada:
Universidad de Granada.
TIC y educación... posibles sentidos
Las TIC impregnan los contextos educativos y
enriquecen los mismos al posibilitar el desarrollo de contextos más flexibles e
interactivos para la enseñanza y el aprendizaje, la atenuación de las barreras
espacio temporales, la recreación de diferentes formas comunicacionales y la
potenciación de los procesos de autonomía y colaboración.
Es indiscutible que el uso de las TIC en las
clases de ciencia puede enriquecer los procesos de enseñanza y de aprendizaje,
siempre y cuando exista una intencionalidad pedagógica claramente definida que
permita dar cuenta de la dinámica disciplinar, como de las dimensiones
pedagógicas-metodológicas, contextual, cognitiva, epistemológica,
comunicacional y multimedial (Valeiras Esteban: 2006).
En relación a esto, Fonseca y et al. (2006)
refiriéndose a la enseñanza de la física en particular, sostienen:
“Es así, como sustentados en el uso de las
nuevas tecnologías de la información y la comunicación se logró mostrar, la
potencialidad que ellas pueden brindar en el campo de la enseñanza de la
Física, pero a su vez, que los avances tecnológicos no conllevan necesariamente
a una mejora en el aprendizaje y que dichos medios adolecen de una dimensión
humana, que se hace imprescindible para una enseñanza eficaz”.
Así, el uso de simulaciones, animaciones y
otros dispositivos de hiper y multimedia resultan recursos valiosos para la
comprensión de temas complejos que requieren de grados de abstracción elevados,
y que de no aprehenderse significativamente terminan actuando como obstáculos
epistemológicos.
Raviolo (2010) explica que
" Se reconoce que no es posible, ni necesario, que los alumnos descubran
todo en el laboratorio. Algunos conceptos importantes de la ciencia no surgen de
actividades manipulativas directas, como es el caso de la naturaleza
corpuscular de la materia. Además, algunas actividades de laboratorio pueden
implicar un gran esfuerzo de material, aparatos y tiempo. En ocasiones los
resultados obtenidos en estos aparatos pueden tener un gran error experimental,
que dificulte las generalizaciones de los estudiantes e impida el cumplimiento
de los objetivos educativos propuestos. También se puede correr el riesgo de
rotura o descalibración de aparatos costosos. Por ello es frecuente que se recurra
a las simulaciones. Pero, las simulaciones no deberían reemplazar al trabajo
experimental en ciencias, sino más bien ampliarlo y complementarlo con otras
experiencias activas con ideas y problemas científicos."
En este sentido, insistimos en considerar la
incorporación de las TIC como herramientas estratégicas para la enseñanza y el
aprendizaje de las ciencias, en tanto se oriente dicha integración al
desarrollo de propuestas curriculares que den cuenta de las demandas cognitivas y sociales actuales de
una formación profesional continua, flexible y autónoma. Tal como sostiene Área Moreira (2001) cuando
afirma que “Los ordenadores no cambian la educación, pero los profesores sí.
Las TIC no tienen efectos mágicos sobre la enseñanza y el aprendizaje”.
Referencias bibliográficas
Área Moreira, M., Caballero, M.C. y Rodríguez,
M.L. (1997). Aprendizaje significativo un concepto subyacente. Actas del
Encuentro Internacional sobre el Aprendizaje Significativo. Burgos, España.
[Fecha de consulta: 22/11/2012]. Recuperado en: http://www.if.ufrgs.br/~moreira/apsigsubesp.pdf
Fonseca, L. et al. (2006). La Simulación y el
Experimento como Opciones Didácticas Integradas para la Conceptualización en
Física. Revista colombiana de física, 38(2), 707.
Raviolo, A. (2010). Simulaciones en la enseñanza de la química. Conferencia VI Jornadas Internacionales y IX
Jornadas Nacionales de Enseñanza Universitaria de la Química. Santa Fe:
Universidad Nacional del Litoral. [Fecha
de consulta: 14/06/2013]. Recuperado en: http://www.fbcb.unl.edu.ar/eventos/jornadasquimica/files/conferencias/ConferenciaSimulacionesRaviolo.pdf
Valeiras Esteban,
N. (2006). Las Tecnologías de la Información y la Comunicación integradas en un
modelo constructivista para la enseñanza de las ciencias (Tesis doctoral).
Burgos: Universidad de Burgos. [Fecha de consulta: 12/05/2013]. Recuperado en: http://dspace.ubu.es:8080/tesis/bitstream/10259/70/1/Valeiras_Esteban.pdf
Animaciones y simulaciones en las clases de ciencia
La problemática relacionada con los sentidos de
enseñar ciencias y cómo enseñarla resulta recurrente en publicaciones y
trabajos de investigación, no obstante resta mucho aún por avanzar. En este
sentido, los aportes de las teorías constructivistas y cognitivistas del
aprendizaje y, simultáneamente, la revalorización de la incorporación en las
prácticas de enseñanza de enfoques CTS (ciencia, tecnología y sociedad), que
den cuenta de problemáticas complejas globales y locales, ha permitido la
consolidación de nuevas trayectorias para recorrer tanto en lo que refiere a
las prácticas de enseñanza y de aprendizaje como en materia de investigación
educativa.
Asimismo, las amplias posibilidades de acceso a
dispositivos y recursos tecnológicos redefinen los escenarios en que se
desarrollan las clases de ciencia y las relaciones que entre los diferentes
actores, promoviendo –o no - la revitalización de las prácticas de enseñanza y
otorgando nuevos sentidos a los aprendizajes. Tal como hemos venido trabajando
en este posgrado, qué enseñar y cómo hacerlo se redefinen a la luz de la
mediación tecnológica deviniendo en relaciones complejas, multifacéticas,
contextualizadas y dinámicas.
Escaleras - Escher |
No obstante, las clases de ciencia suelen responder a modelos de
transmisión lineal del conocimiento centrados en los docentes. Se organizan a
partir de la exposición teórica de los conceptos relevantes y la aplicación de
los mismos a la resolución de ejercicios y problemas. Se suele incluir la
realización de trabajos prácticos experimentales guiados, que permiten ilustrar
algunos de los conceptos teóricos ya presentados. Las limitaciones físicas y
temporales dejan poco espacio al debate y la discusión, y mucho menos a la
realización de experiencias pedagógicas que den cuenta de los modos reales en
que se produce el conocimiento científico.
Este tipo de prácticas, reproducen el supuesto de que se puede aprender por
acumulación, que saber consiste en la verbalización más o menos literal de
enunciados y definiciones y en la resolución de problemas estereotipados. Estas
prácticas educativas suelen limitarse a la transmisión de conceptos abstractos,
cosificados y ahistóricos que en nada responden a preguntas que los alumnos se formulan sobre su entorno real. Supuestamente,
se contestan en las clases preguntas que “se hace la ciencia”, pero esa ciencia
no es ni la actual, ni la que pueda identificarse con fenómenos cotidianos
(Galagovsky: 2005, 18). Los problemas que se abordan suelen presentarse en
forma aislada del contexto real, admitiendo una única alternativa de
resolución. Yunta et al. (2012, 144) explican que estos “problemas se limitan a plantear una situación que el alumno, con
un mero acto de reconocimiento, es capaz de trasladar a un algoritmo y
encontrar así su solución, no favorecen el proceso de aprendizaje, ya que
generan dificultades para transferir el propio conocimiento a nuevas
experiencias”.
Romper con estos modos y prácticas supone favorecer procesos analíticos y
reflexivos, desarrollados en varias etapas de forma secuencial e iterativa, en
las que los estudiantes puedan responder individual y/o colectivamente a las
preguntas que surgen a lo largo del proceso, hasta encontrar posibles
soluciones para el problema planteado (Yunta et al.: 2012, 145). Y es aquí
donde la inclusión de la tecnología acerca nuevas y enriquecedoras opciones. Briones
et al. (2008, 171) afirman que
“(…), proponer experiencias
pedagógicas mediatizadas por distintos dispositivos tecnológicos, requiere
rupturas con los modos de hacer vigentes del profesor universitario. Generar
estrategias y actividades para construir un entorno cooperativo incorporando
nuevas tecnologías, puede constituirse en un reto e incluso en una situación de
conflicto en la práctica pedagógica universitaria, ya que cuando usamos
tecnologías ellas también nos usan, llegando a condicionar y / o transformar
nuestras prácticas.”
Cabero
Almenara (2007, 9) afirma que las TIC pueden ser de gran utilidad para la
transmisión de los contenidos teóricos científicos al facilitar el acceso a la
información, la presentación de la misma en diferentes soportes y sistemas simbólicos,
la construcción e interpretación de representaciones gráficas, el desarrollo de
modelos explicativos y el trabajo con
sistemas expertos.
En particular, son de destacar recursos digitales tales como las
animaciones y los simulaciones, que enriquecen tanto cuestiones de índole
práctica –permitiendo el acceso a la puesta en juego de experiencias que por
limitaciones en el acceso a los recursos no se podrían realizar-, así como de
carácter metodológico: selección y control de variables, desarrollo de la
abstracción de forma tal que sea posible interactuar permanentemente entre el
plano macroscópico, el submicroscópico y el simbólico, organización de los
resultados en tablas y gráficos, interpretación de los mismos y construcción de
modelos explicativos coherentes con el marco teórico de referencia.
Cadile y Vermouth (2005) reconocen que una
realidad observable en el aula de ciencias es la dificultad que presentan los
alumnos en temas que requieren procesos de abstracción, y, en contrapartida,
proponen la inclusión de las TIC como dispositivos capaces de mejorar la
interpretación del dinamismo molecular. Por su parte, Daza Pérez et al. (2009,
321) concluyen que
“(…) el uso de las TIC en el aula permite que los alumnos
complementen otras formas de aprendizaje utilizadas en la clase, mejoren la
comprensión de conceptos difíciles o imposibles de observar a simple vista o en
los laboratorios escolares, usen representaciones para desarrollar proyectos
escolares con compañeros y profesores, trabajen y manipulen, por ejemplo,
moléculas en tres dimensiones o todo tipo de sustancias en laboratorios
virtuales, etc.”
De esta manera, la inclusión de las TIC amplía la oportunidad de superar el
trabajo exclusivo con códigos verbales, y pasar a sistemas audiovisuales y
multimediales (Cabero Almenara: 2007, 3). Explican Daza Pérez et al (2009, 323)
que
“El uso de la multimedia, acompañadas de un programa guía
de actividades adecuado, favorece que la información no se presente a los
alumnos de manera expositiva, sino en un entorno abierto de aprendizaje en el
que se promueva que sean ellos mismos quienes construyan su propio
conocimiento, mediante la indagación, la resolución de problemas, los
razonamientos hipotético-deductivo e inductivo y el trabajo cooperativo entre
compañeros.”
La utilización de
este tipo de recursos implica reconocer los mismos como medios para promover
procesos de aprendizaje que involucren una deconstrucción y reconstrucción
significativa y colaborativa de los conocimientos científicos. No reemplazan de
ninguna manera a los docentes ni al trabajo experimental, sino más bien
permiten ampliar las experiencias activas con ideas y problemas científicos
dinámicos. (Raviolo: 2010, De Borbón: 2014). La integración de este tipo permitiría
migrar desde los modelos tradicionales de aprendizaje de las ciencias basados
en la transmisión de conocimiento a modelos fundados en la construcción
colectiva de conocimientos, de esta forma los estudiantes e configurarían como
agentes activos de sus aprendizajes y los docentes acompañantes cognitivos en
la construcción y apropiación de conocimientos.
ACTIVIDAD DE DISCUSIÓN |
Para reflexionar y compartir en el Foro "Simuladores y animaciones en las clases de ciencia"
¿Podríamos identificar algunas experiencias de aula -como estudiantes y/o como docentes - en la que hayamos utilizado este tipo de recursos?
¿Cuáles consideramos son los mayores aportes de su inclusion? ¿Cuáles los obstáculos y/o limitaciones asociados que debemos tener en cuenta al momento de planificar este tipo de actividades?
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Referencias bibliográficas:
Briones, S. et
al. (2008). Espacios de interactividad para la práctica pedagógica
universitaria. Pixel-Bit: Revista de Medios y Educación 33,165 - 172.
Cabero Almera,
J. (2007). Las TIC en la enseñanza de la química: aportes desde la tecnología
educativa. En Bodalo, A. et al. Química: vida y progreso. Murcia:
Asociación de químicos de Murcia. [Fecha de consulta: 23/11/2012]. Recuperado en:
http://tecnologiaedu.us.es/cuestionario/bibliovir/jca16.pdf
Cadile, M. S. y Vermouth, N. T.
(2005). Aplicación de recursos informáticos para la visualización del
funcionamiento de los sistemas reguladores de pH. En. I Congreso en Tecnologías de la
Información y Comunicación en la Enseñanza de las Ciencias. [Fecha de
consulta: 22/11/2013]. Recuperado en: http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/18954
Daza
Pérez et al.
(2009). Experiencias de enseñanza de la física y la química con TIC. Educación Química 1 (1), 320 - 329. [Fecha de consulta: 06/04/2013]. Recuperado de: http://www.montenegroripoll.com/Artigos/revista_mexicana_2009.pdf
De Borbón, L. (2014).
Título: Modelos mentales de reacciones químicas. Su construcción en un curso de
ingreso que utiliza un entorno virtual de enseñanza y aprendizaje (Tesis de
Maestría). Córdoba: Universidad Nacional de Córdoba. [Fecha de consulta: 06/05/2014]. Recuperado en: https://drive.google.com/file/d/0BwCkvuECPQdlclh5aGdFYy1naVE/edit?usp=sharing
Galagovsky, L. (2005). La enseñanza de la química
Pre-Universitaria: ¿qué enseñar, cómo, cuánto, para quiénes?. Revista Química Viva 1 (4). [Fecha de
consulta: 13/04/2013]. Recuperado en: http://www.quimicaviva.qb.fcen.uba.ar/v4n1/galagovsky.pdf
Pérez, T. (2014).
Título: Entornos virtuales de enseñanza y aprendizaje como complemento de las clases presenciales: El caso de Introducción a la Química de los Sistemas Biológicos. (Tesis de
Maestría). Córdoba: Universidad Nacional de Córdoba.
Raviolo, A. (2010). Simulaciones en la enseñanza de la
química. Conferencia VI Jornadas
Internacionales y IX Jornadas Nacionales de Enseñanza Universitaria de la
Química. Santa Fe: Universidad Nacional del Litoral. [Fecha de consulta: 14/06/2013]. Recuperado en: http://www.fbcb.unl.edu.ar/eventos/jornadasquimica/files/conferencias/ConferenciaSimulacionesRaviolo.pdf
Yunta, M., Pérez,
L., Benjumea, M. y Plaza, A. (2011). Materiales para el aprendizaje on-line de
conceptos básicos de química en el área de ciencias de la salud. RELADA Revista Electrónica de ADA 5 (2),
143 - 149. [Fecha
de consulta: 18/01/2014]. Recuperado en: http://polired.upm.es/index.php/relada/article/view/1375
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